Despacito pero sin pausa la cuaresma va tomando cuerpo y nos encara con nuestra preparación a la Pascua, al encuentro con el Misterio de Dios. ¡Prepárate, vence perezas! Merece la pena y recuerda la oración, la limosna, el ayuno son prácticas nada desdeñables. Un abrazo fuerte