¡Yo no soy el centro, no debo despreciar a ninguno!. Ese mensaje tan básico se nos recuerda en el Evangelio de hoy. Ese afecto y respeto nos llevará a la comprensión y también a la difusión de la alegria cristiana. A la misión. ¡Nos invitamos a pensar nuestro trato con todos!. Buena semana